Irritabilidad en personas con ictus
El ictus es la interrupción brusca del flujo sanguíneo en el cerebro.
En función de la naturaleza, la severidad o la localización cerebral los ictus desencadenan una amplia variedad de alteraciones, que pueden ir desde los déficits físicos y sensoriales hasta los trastornos del lenguaje o la sintomatología psíquica. En nuestra práctica clínica, la rehabilitación de las alteraciones físicas y de las dificultades en la comunicación está consolidada, no obstante la valoración y la posterior intervención de las alteraciones psicopatológicas en general y la irritabilidad en particular es aún reducida.
El impacto de la irritabilidad tanto en el paciente como en los familiares es importante. Sabemos que los pacientes con irritabilidad se benefician menos de la rehabilitación, generan frecuentes conflictos y desencadenan una importante sobrecarga en los familiares.
Nos encontramos ante un enorme reto. A pesar de que la irritabilidad es un concepto que con frecuencia utilizamos para describir a nuestros pacientes con daño cerebral adquirido (DCA) y alteraciones conductuales, a día de hoy, no existe un consenso en su definición. La falta de consenso también se evidencia en las escalas de evaluación, ya que algunas se centran únicamente en valorar la conducta y otras solamente valoran la parte afectiva. A ello hay que añadirle que para explorar la irritabilidad en personas con DCA se utilizan escalas como por ejemplo el Inventario Neuropsiquiátrico (NPI), la Neurobehavioral Rating Scale, la Entrevista de Iowa Revisada o la Frontal Systems Behavior Scale, en las que mediante el resultado de un único ítem, se determina si el paciente presenta irritabilidad.
Creemos que la irritabilidad es una alteración que va más allá de una respuesta conductual aislada o de una emoción. Compartimos la definición que Craig y su equipo publicaron en el año 2008. Estos autores definieron la irritabilidad como el estado de ánimo que predispone a cierta emociones (enfado), ciertas cogniciones (valoración hostil de una situación) y respuestas conductuales (agresividad) y en base a dicha definición, desarrollaron una escala, la “Irritability Questionnaire” que en estos momentos estamos en proceso de adaptación a población española con ictus.
Por otro lado, cabe señalar que no existe mucha literatura respecto a la irritabilidad en el ictus. Sin embargo, uno de los pocos estudios publicados indica que el 33% de las 124 personas con ictus valorada mediante el NPI presenta irritabilidad. En este estudio, la irritabilidad se relaciona con el lenguaje y la edad. Es decir, quienes mostraron afasia y eran más jóvenes presentaron mayores puntuaciones en irritabilidad (Angelelli, et al., 2004).
Fuente: Red Menni